Parece una broma de muy mal gusto, es increíble lo que sucede en Huánuco. La falta de medicinas básicas en el Hospital Regional Hermilio Valdizán de Huánuco es simplemente indignante y que llena de impotencia.
Y no es que se trate de falta de recursos (presupuesto), sino todo lo contrario, es falta de capacidad, de gestión y de voluntad y vocación de servir.
No es posible, que el principal y reciente inaugurado hospital de esta ciudad, esté funcionando sin medicamentos. Lo más triste es que cambian y rotan de empleados cada trimestre o bimestre, generando mayor desorden y confusión, menos compromiso entre los funcionarios responsables. Para después, entre ellos están echándose la culpa… Yo soy nuevo en el cargo y estoy tratando de solucionar las cosas, dicen… el anterior no compró, el anterior no gestionó, etc.
Tristemente, parece que no hay director ni administrador en la institución. Se supone que hacen supervisión a farmacia, ¿Cómo es que no han hecho nada? ¿Acaso no se dieron cuenta? Difícil de creer, no se trata de un problema minúsculo, todo lo contrario, gravísimo.
La gente más pobre y necesitada depende del SIS para ser atendidos, y si la farmacia del hospital no tiene las medicinas, simplemente se les termina sentenciando a muerte a los pacientes.
Si la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía, interviniera en esta institución, se podría detectar a todos los responsables de esta ineficaz gestión.
Las responsabilidades vienen de hace mucho tiempo atrás, ya que las compras se deben programar con base a un estudio y planificación de dotación para todo un año.
El administrador dijo que en la próxima semana se iba a solucionar todo, sin embargo, lo más probable es que esta situación se prolongue varios meses más.
La burocracia y la mafia existente en el Estado nunca va a terminar mientras los funcionarios responsables sigan estando a cargo de puestos claves. Es importante tomar decisiones más radicales. Ya existe la tecnología suficiente para automatizar ciertos procedimientos y procesos. Se necesita poner en práctica la política de modernización del Estado, y adoptar las últimas tecnologías para ponerlas al servicio de los ciudadanos, y evitar que funcionarios sigan cometiendo acciones en contra del hospital y el Estado, y a favor de sus bolsillos.