Trinit Bautista Rosas recibió su segunda sentencia, esta vez, a 27 años y 11 meses de cárcel, por el delito de secuestro y tentativa de violación sexual en estado de inconsciencia o imposibilidad de resistir, en agravio de su expareja Damaris Senayda Rojas Suárez.
En junio de 2018, el sujeto llamó a su expareja e hijo para encontrarse en su vivienda en Las Moras, con el pretexto de que firmaría documentos para un terreno. Sin embargo, cuando llegó a casa le sirvió gaseosa mezclada con somnífero, que bebió junto a su hijo y se quedaron profundamente dormidos.
Aprovechando de su estado de inconsciencia, Bautista Rosas amarró de pies y manos a su expareja y luego habría abusado sexualmente. Después de más de cinco horas despertó y fue trasladada al hospital.
Ante las evidencias, el Colegiado Penal Transitorio de Huánuco le encontró responsabilidad en los delitos de tentativa de violación sexual a persona en incapacidad de resistir, secuestro y exposición al peligro.
Además, ordenaron pagar la suma de 3000 soles, por concepto de reparación civil a favor de los deudos.
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Segundo caso (Feminicidio)
Trinit había sido recluido preventivamente en el penal, por los hechos antes indicados, pero tras salir de prisión, el uno de septiembre del 2019, nuevamente se contactó con su expareja y con el pretexto de recogerla para llevarla a su casa en su trabajo ubicado en una farmacia en Amarilis, la secuestró.
Tras las investigaciones, determinaron que el sujeto la llevó por la Plaza de Paucarbamba, por donde el sujeto compró un plato de comida y gaseosa. Luego se dirigieron a un parque en Amarilis y le dio de beber la gaseosa mezclada con un somnífero y la joven madre se quedó dormida dentro de un trimóvil.
El sujeto la llevó hasta una vivienda, ubicada en Colpa Baja donde manipuló su celular y envió varios mensajes a sus familiares, pero la madrugada del dos de septiembre despertó y empezaron a discutir, instantes cuando Trinit golpeó a Damaris con un fierro en la cabeza hasta matarla.
El salvaje hombre tras cometer el crimen arrojó a un pozo de gran profundidad, que estaba en el patio de la vivienda, luego la cubrió con un colchón, tierra, piedras, llantas. El sujeto estuvo prófugo, pero una semana después fue capturado por los familiares y confesó el escondite del cadáver.
Por este hecho, el Juzgado Colegiado de Huánuco lo sentenció a 35 años de prisión efectiva y al pago de 120 soles por concepto de reparación civil a favor de los herederos legales de la joven madre de familia, que dejó a un menor en orfandad.