Por: Ronald Mondragón Linares
Es innegable la enorme influencia que tuvo el realismo literario del siglo XIX, también llamado realismo típico, tradicional o simplemente realismo decimonónico, sobre la narrativa contemporánea. El problema se presenta cuando se pretende delimitar los alcances que tuvo dicha influencia, más aún cuando se intenta precisar, con la mayor certeza posible, los niveles de esta en las líneas narrativas de una obra determinada.
Si bien los alcances de la influencia de un movimiento, escuela, corriente o incluso autores determinados son susceptibles de ser verificados y registrados a través de la manifestación de sus caracteres estéticos sobre todo formales, el camino más apropiado y el que nos proporciona más luces para el esclarecimiento de los problemas que atañen al presente trabajo es el empleo de conceptos y categorías y su correspondiente jerarquización, empleo ejecutado por el método interpretativo de textos literarios. Este método se encuentra indisolublemente unido al análisis documental de las fuentes bibliográficas.
El objetivo del presente artículo se centra en la repercusión que tuvo el realismo tradicional en la novela “No se suicidan los muertos” del escritor huanuqueño Esteban Pavletich Trujillo. En otros términos, dicho objetivo se dirige a determinar el nivel de influencia que produjo uno de los movimientos más importantes de la historia de la literatura universal en la novela más difundida de Esteban Pavletich. Específicamente, se orienta a establecer dicha influencia en el estilo, la técnica y la temática empleada por el autor.
Decíamos líneas arriba que uno de los problemas que más dificultades de orden intelectual ocasiona, es el relativo al alcance o impacto que produce una tendencia literaria sobre un autor o una obra. Porque si bien es cierto que podemos acceder al producto literario acabado que es la obra, es más difícil conocer el proceso de intermediación que hubo entre la tendencia o movimiento y el autor, por la alta carga de subjetividad. En algunos casos, la influencia no siempre es directa y el autor actúa no por afirmación y continuidad sino por negación y rompimiento. En otros casos, la influencia es múltiple y como tal va acompañada de otros factores y tendencias a un mismo tiempo. Por todo ello, en los últimos tiempos ha venido adquiriendo consistencia el uso del método interpretativo-hermenéutico que respalda cierto tipo de estudios, como el que estamos realizando, ante la insuficiencia de solo los registros e indicadores cuantitativos. (1)
Planteada así, la forma de nuestro abordaje, las conclusiones se presentarán de manera descriptiva, arropados por conceptos y categorías básicas que le otorgan claridad y les dan dirección, puesto que no sólo se ha tratado de establecer delimitaciones conceptuales, sino de incorporarlas adecuadamente al contexto sociohistórico.
En general, la novela “No se suicidan los muertos” de Esteban Pavletich es una novela típicamente realista y de corte social, adscrita a un tipo de realismo que se puso muy en boga en la primera mitad del siglo XX, denominado regionalismo y más específicamente indigenismo literario. (2)
No obstante, esta caracterización general requiere aclaraciones y acotamientos teóricos. Como es sabido, establecer lineamientos generales supone caer en el riesgo de la confusión, la duda y por consiguiente en el malentendido conceptual y de apreciación.
Es cierto que, por el eje temático, la problemática social y el afán de denuncia, la novela que abordamos se inscribe en el ámbito del indigenismo y, por lo tanto, en el campo del realismo social. Sin embargo, en el plano formal, el autor introduce ciertos elementos que se apartan del indigenismo propiamente dicho en tal ámbito y lo trasladan a otras expresiones y tipos de realismo, vinculados a lo que se denominó posrealismo, como el empleo peculiar del narrador, ritmos más concentrados y sintéticos y de menos volumen descriptivo, rupturas cronológicas y superposición de planos narrativos. (3)
En la relación de asociación con el realismo típico o tradicional, la novela “No se suicidan los muertos” presenta las siguientes características realistas:
- a. Verosimilitud: Los hechos tratados en la novela son verosímiles porque son históricos y porque, además, en el momento de ser escrita, prácticamente mantenían plena vigencia. A diferencia de los relatos puramente ficcionales, que pueden ser también de carácter realista, la novela de Pavletich no tiene que esforzarse en el afán de verosimilitud; aunque sí en el impacto emocional que producen en el lector muchas de las escenas de alta carga de truculencia. Este es un rasgo muy interesante en la narrativa de Pavletich, puesto que quiere despertar conciencia social en los lectores a través del influjo de las extremas emociones que provocan hechos y acciones de gran sordidez realista.
- Carácter descriptivo: La descripción, en el caso de nuestro autor, no se ciñe a los parámetros de los escritores realistas del siglo XIX, en el sentido de su grandilocuencia y verbosidad, sino a una selección de sucesos, estampas y personajes que Pavletich considera significativos y pertinentes para sus objetivos, como por ejemplo la personalidad de uno de los protagonistas, Aníbal Morand, en contraposición a los rasgos de carácter de su esposa; el ardid del “ejército” de alpacas; la agonía y el posterior fallecimiento de don Leonardo Santa María; o la pavorosa muerte de Shatuco, en el río, atragantado por pescados.
c. Fidelidad en el registro lingüístico: No siendo uno de las más logrados en el concierto narrativo de la novela, sin embargo, constituye un rasgo que se sujeta a los cánones del realismo típico y del regionalismo: el registro del habla propia de los lugareños de Huánuco, con la incorporación de ciertos vocablos propios de la región (shucuy, casha, shacta, pacapaca, taita, catipar, opa, etc.)