El alza de precios de los alimentos, especialmente de los que conforman la canasta básica, que se han duplicado y triplicado sus precios, están afectando considerablemente a más de la mitad de la población en el país.
Incluso, los especialistas en macroeconomía aseguran que los índices de pobreza y pobreza extrema han incrementado en los últimos meses.
Y mucho más aún a las familias de bajos recursos, los comedores populares y a las ollas comunes.
Un reciente informe a nivel nacional, reveló que debido al alza de los precios, en las ollas comunes ya no se puede adquirir pollo, ni pescado, tampoco aceite, y otros productos de primera necesidad. Para ellos comer carne es un lujo que no se pueden dar, dicen.
El rol de las ollas comunes es de vital importancia para el sector vulnerable en nuestro país. Solo en Lima, casi un cuarto de millón de personas dependen de ellas, para recibir al menos una comida al día. Y como se sabe, actualmente las ollas comunes reciben apoyos para subsistir de diversas empresas, organizaciones privadas y otras sin fines de lucro.
Pero debido a la crisis económica, estos apoyos también han disminuido considerablemente. O casi nulo, que no los ayudan a sobrellevar esta mala racha que perjudica a toda la población.
Por otro lado, el Congreso de la República aprobó hace poco una iniciativa legislativa para reconocer a las ollas comunes y garantizar su sostenibilidad y financiamiento.
Esta norma sería de gran ayuda para este sector. Ya se tiene un ofrecimiento de la vicepresidenta del Perú, señora Dina Boluarte, quien ofreció 54 millones de soles para este sector olvidado del país, sin embargo, hasta ahora no se da.
La desigualdad y la crisis económica está creando y ampliando una brecha cada vez más enorme en nuestro país, y que será muy difícil de cerrar. Esto, sumado a los exabruptos que realizan los congresistas, como el de quitar el aceite de la canasta básica, para agregar el Faisal, ganso, y carne importada, además de ser una gran burrada, no ayuda en nada en superar esta crisis de alimentos. Si bien es cierto que esto ya lo están corrigiendo, pero no aporta en nada la imagen ya degradada del Congreso.
Por otro lado, el Ejecutivo también continúa cometiendo errores que generan indignación y rechazo de la población.
Un gran ejemplo de ello es lo dicho por el presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres. Mencionó que dejemos de comer pollo que está caro, para comer pescado. O lo visto ayer, donde Castillo reconoció a más de 550 alcaldes a nivel nacional por sus “extraordinarios labores”, y resulta que muchos de ellos tienen denuncias por corrupción, agresión familiar, entre otros.
¿Acaso el Ejecutivo no se informa de lo que ocurre en el interior del país? O es que no llega información fidedigna a Palacio de Gobierno sobre lo que pasa en las regiones, provincias y distritos, donde sus autoridades están cuestionadas, denunciadas o en plena fuga y huyendo de la justicia, como es el caso del exgobernador Juan Alvarado.
Sin embargo, parece que la crisis sigue siendo una tarea pendiente muy grande donde Pedro Castillo, sus ministros y el Parlamento no están suficientemente preparados para darle solución.